1. Sí

2. No

Si respondiste que sí: ¡Muy bien! 

Si tu respuesta fue “¿cuál regla es esa regla?”, entonces este es el momento perfecto para que la aprendas. 

Cuando se trata de la alimentación, lo primero es respetar el balance de las porciones. Esto significa equilibrar un plato diario con tres divisiones fundamentales: una mitad de vegetales y luego un cuarto de proteína y otro cuarto más de carbohidratos. 

Esta regla creada por la Asociación Americana de la Diabetes (ADA por sus siglas en inglés), en realidad, puede serte útil a cualquier persona para mantener una alimentación saludable. 

De lo que se trata es de consumir en mayor cantidad aquellos alimentos que aportan nutrientes y energía al cuerpo y mucho menos de aquellos que suman grasa y azúcares, aunque sepan muy bien.

1. En el almuerzo

2. En la cena

3. En todas

¿En todas” no fue tu respuesta? Te contamos más:

Las verduras son fuentes naturales de nutrientes, pero hay que seleccionar aquellas sin almidón o con un bajo contenido de éste, para cuidar el balance de un buen plan de alimentación. 

Aprender sobre cómo el cuerpo procesa y absorbe los azúcares presentes en las verduras también es parte de las tareas cuando se vive con diabetes.

Por ejemplo, nadie diría en principio que comer zanahorias no es recomendable, pero resulta que no es tan buena opción para las personas con diabetes. 

Las zanahorias hervidas tienen un alto índice glucémico (de 75 y 85 respectivamente) y esto significa que apenas se ingieren, el cuerpo las transforma en azúcares. 

Por eso, lo mejor es escoger pimientos, coliflor, brócoli, col, espárragos, berenjenas y hongos para acompañar tus platos principales. 

1. Carnes rojas

2. Pollo y cerdo

3. Pescado 

Debes saber que los pescados son la proteína que recomiendan los expertos nutricionistas para que repitas más en tus menús diarios. De hecho, la invitación es a que los pescados estén presentes entre dos y tres veces por semana en tus comidas. 

El atún blanco, el bacalao, el salmón, la trucha y las sardinas son de las mejores opciones para sumar como proteínas a tus platos, porque son fuentes naturales de los ácidos grasos de Omega-3. Estos pertenecen al llamado grupo de las grasas buenas, porque ayudan a evitar la obstrucción de las arterias y disminuyen el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. 

Cuando se suman el pollo o el pavo como parte de las proteínas de una comida, entonces hay que retirarle la piel. Mientras que, en el caso de las carnes vacunas y porcinas, lo mejor es preferir cortes magros que contienen menos grasas.