Conocer tus niveles de glucosa en sangre es necesario para tomar decisiones que te ayuden a mejorar su control y evitar complicaciones o acciones tardías. Las mediciones deben ser en diferentes momentos del día para conocer su comportamiento al realizar tus actividades diarias, como comer, hacer ejercicio o incluso al enojarte. De esta manera puedes identificar y corregir de forma más puntual las alteraciones de tu glucosa. 

Los objetivos son personales así que debes apoyarte de tu médico para establecer metas adecuadas a tus necesidades. Una vez teniéndolos claros, debes utilizar un medidor de glucosa como el glucómetro para realizar el monitoreo de forma constante y así poder tomar las decisiones más convenientes para tu salud.

Recuerda que el uso del glucómetro va a compañado de lancetas y tiras reactivas, todos importantes para una correcta medición. Así que asegúrate de tenerlos en el mejor estado para un resultado confiable. 

Algunos factores a considerar son:

·         Temperatura, evita el contacto de los rayos del sol en tus tiras reactivas y el glucómetro

·         Humedad, no dejes tu medidor en lugares muy húmedos, se pueden dañar y afectar la lectura de glucosa

·         Almacenamiento, las tiras deben estar en un lugar seco, al utilizarlas toma una tira y mantén el frasco cerrado. Revisa la fecha de caducidad que viene dentro, pues es diferente el que tiene cuando el frasco está sellado que cuando se ha abierto

·         Mantenimiento, limpia el glucómetro constantemente, ya que los restos de sangre que se acumulan puede provocar errores de lectura.

·         Pilas, ten repuestos a la mano, si se agotan, el glucómetro no funciona correctamente

·         Lavado de manos, mide tu glucosa con las manos recién lavadas para no afectar los resultados con sustancias ajenas y no olvides volver a lavártelas al terminar tu medición.

·         Alcohol, si lo usas para limpiarte, primero deja que seque solo y sin soplar, de lo contrario puede contaminar la zona y dar un resultado poco confiable.

Cuando hagas tu seguimiento con los resultados de tu glucosa, haz anotaciones para darte una guía de las circunstancias en las que fueron tomadas, ya que tus niveles pueden subir o bajar por varios factores.

La glucosa aumenta: Después de haber comido, por no tener actividad física, debido a infecciones o enfermedades, al pasar por situaciones de estrés emocional o físico como enojos o heridas, la falta de medicamentos; incluso las situaciones hormonales como el período menstrual, entre otros.

La glucosa baja: Cuando pasas mucho tiempo sin comer, no has comido suficiente, por un exceso de ejercicio o medicación.

De esta manera podrás saber qué aspectos en tu estilo de vida deben cambiar o tomar en cuenta para mantener el control, coméntalo con tu médico para orientarte con alternativas que se adapten a ti.