Hay distintos tipos de diabetes, algunos prevenibles y otros no, sin embargo, es importante que sepas que cualquiera de ellos puede controlarse para permitir, a quien la padece, llevar una vida normal.

• Diabetes tipo 1:

Es un padecimiento de origen autoinmune, esto quiere decir que las células encargadas de producir la insulina no son reconocidas por el sistema inmunológico de tu cuerpo pensando que son dañinos y las destruye. Poco a poco tu páncreas deja de producir la insulina y a consecuencia, la glucosa no puede entrar en la célula que queda circulando en el torrente sanguíneo, provocando los altos niveles de glucosa en sangre.

Esto crea un círculo vicioso en el que la persona debe intervenir aplicando la insulina desde el exterior para poder controlar sus niveles de azúcar y evitar consecuencias en su salud.

La diabetes tipo 1 es generalmente diagnosticada a edades tempranas, aunque también es posible encontrar casos en adultos. Se presentan los síntomas clásicos de la diabetes de forma aguda y rápida. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos se realizan en el hospital a causa de complicaciones agudas a través de medición de glucosa en sangre.

De ahí la importancia de prestar atención a tu cuerpo, a los síntomas y de tener revisiones médicas generales. Cabe aclarar que una persona con diabetes tipo 1 siempre tendrá Tipo 1 y no puede evolucionar a tipo 2.

• Diabetes tipo 2

Se debe a que tu cuerpo crea una resistencia a la insulina, por lo que no funciona adecuadamente y no permite aprovechar la glucosa; esto también puede deberse a que la cantidad de insulina no genera tu cuerpo no es suficiente, y de la misma manera, la glucosa no llega a las células para ser convertidas en energía. 

Este tipo de diabetes tiene causas diversas, puede ser por genética, pero la probabilidad aumenta con un estilo de vida de sedentarismo y mala alimentación, esto se debe a que el exceso de peso causa resistencia a la insulina. 

La ubicación de la grasa corporal también tiene importancia ya que el exceso de grasa en el vientre está vinculado con la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. 

Existen medicamentos que realizan diversas funciones en el organismo con el objetivo de llevar a la glucosa a niveles seguros; pero estos no pueden ser utilizados a la ligera, debes consultar con tu profesional de la salud cuál es el adecuado para ti.

• Diabetes gestacional

Se enfrenta a este tipo de diabetes cuando se está embaraza, durante este periodo se producen hormonas distintas para llevar a cabo un embarazo exitoso y saludable, el efecto de estas hormonas es contrario a la acción de la insulina, esto quiere decir que generan una resistencia a la acción de la esta y no la dejan funcionar correctamente, el organismo no tiene la capacidad suficiente para producir insulina extra, no es posible vencer la resistencia y la glucosa en sangre comienza a elevarse, esto se conoce como diabetes gestacional.

Una embarazada sin diabetes gestacional se debe a que inicia una sobreproducción de insulina, de esta forma se vence la resistencia y se mantienen niveles de glucosa saludables.

Igual que sucede con la diabetes tipo 2, el exceso de peso está vinculado a la diabetes gestacional. Las mujeres que tienen sobrepeso u obesidad tal vez ya tengan resistencia a la insulina cuando quedan embarazadas. Y al momento de estar sometidas a dichos cambios es que se refleja el padecimiento. 

La mayoría de los casos de diabetes gestacional pueden tratarse con cambios en el estilo de vida, sobre todo en una alimentación saludable y ejercicio, recuerda que siempre debe ser guiado por profesionales de la salud calificados.

Hemos hablado de forma general sobre cada tipo de diabetes, y de poner especial atención en tu cuerpo para poder prevenir complicaciones, es por ello que debes conocer síntomas que te puedan estar avisando de este diagnóstico.

Los principales síntomas son:

Otros síntomas agudos pueden ser, tener la visión borrosa, sentir un entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies. 

Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer rápidamente, en cuestión de semanas. En cambio, los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen progresar muy despacio, a lo largo de varios años, y pueden ser tan leves que a veces ni siquiera se notan. Muchas personas con diabetes tipo 2 no tienen síntomas. Es la razón por la que debes estar atento a síntomas que te parezcan familiares y tener una revisión médica constante para conocer tu estado de salud general.

Comienza a hacerte las siguientes preguntas:

¿Te sientes cansado o con sueño?

¿Te levantas en la noche al baño? 

¿Hambre en todo momento? 

¿Haces ejercicio?

¿Tu cintura mide más de 80/90 cm?

¿Presión alta? 

Si sabes que muchas de esas preguntas son positivas y no haces ejercicio, es momento de hacerse una revisión; también sería bueno que conozcas tus antecedentes familiares, ya que todos los tipos de diabetes tienen una tendencia hereditaria y coméntalo con tu profesional de la salud de confianza. No lo dejes para después y comienza a tener una vida saludable y con consciencia.